Así como existen los valores, que guían a una persona (y también a la sociedad) por el “camino del bien”, existen, a su vez, los antivalores, que son todo lo opuesto (como su nombre claramente lo dice).
Los antivalores son aquellas conductas y actitudes que son consideradas inmorales y negativas, son dañinas para el individuo y la sociedad, pues amenazan las pautas para una convivencia sana entre las personas.
Son sujetos sin moral y a los que no les importa hacer el bien, son violentos, nocivos e insensibles, practicar los antivalores es sinónimo a lo inhumano; pero entonces, ¿cuáles son estos antivalores?
Entre los antivalores se encuentran el racismo, la injusticia, la envidia, la mentira, la violencia, el egoísmo, la traición, el abandono, la esclavitud, la arrogancia, el odio, la enemistad, la ignorancia, el perjuicio, la guerra, el irrespeto, la infidelidad, la pereza, el divisionismo, etc.
¿Cómo se llega a los antivalores?
Así como existe el blanco y el negro, existe lo bueno y lo malo. Los valores fueron creados para poner pautas que ayudaran a definir cuál debía ser la actitud de individuo y la sociedad para vivir una vida plena en convivencia.
Al haber estas pautas, y al ser los valores una decisión a la que llega una persona (pues solo la persona decide si hacer el bien o no), existe la parte negativa.
A todas las personas se les enseñan los valores según el entorno en el que se encuentre, tanto social como familiar. El rol de éstos es igual de importante que el personal, pues aunque los valores son una decisión que toma cada quién, se necesitan las bases para poder tomarla.
Así que, si el hogar es disfuncional, hay deshonestidad, irrespeto y violencia entre los padres, el niño crece rodeado de estas acciones y puede regir su vida por ese camino.
Hay excepciones en los que la sociedad juega el rol de enseñar al niño mejores valores (en la escuela, amigos que tengan valores y los compartan) y que el individuo decida llevar su vida por ahí, aunque son solo rarezas, pues el entorno social en el que se encuentra puede ser violento también.
Básicamente, se puede llegar a los antivalores por medio de todos los entornos y grupos, pero también puede depender del individuo que toma la decisión, pues incluso si se creció en un buen hogar y un buen entorno, el individuo puede tomar la decisión de rebelarse ante los valores y no seguirlos, y se convierte en una mala persona a los ojos de la sociedad.