Los valores son cualidades en donde los humanos se califican como “humanos” en todo el sentido de la palabra. Es una necesidad de buscar lo que nos identifica como humanos fuera de formar parte también de la especie animal.
Por eso, entender primero que nada que son construcciones humanas, es entender por lo tanto que siendo o proviniendo de la naturaleza del ser, son calificadas en polaridades.
Las polaridades en los valores se ven fundamentadas en lo que es bueno y lo que es malo. Cada valor tiene un antivalor y la consecución de valores o de antivalores nos hacen por consiguiente mejores o peores seres humanos.
Conociendo los valores
Antes de poner en práctica los valores, es fundamental conocerlos.
Como se ha dicho previamente, existen los valores y los antivalores. Los valores serían cualidades ligadas a mejorar la calidad de vida de los individuos, y los antivalores a denigrar la calidad de la vida.
Los valores pueden ser de orden moral, religioso, biológicos, de sensibilidad, e incluso de intelectualidad. En donde se busca modificar conductas “salvajes” o “primitivas” y condicionarlas hacia conductas de convivencia pacíficas y armónicas.
Integrando los valores
Ahora bien, al momento de integrar los valores, se toma en consideración que pueden ser aprehendidos por diferentes vías:
Por la experiencia: se relaciona a la idea de no hacer lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros mismos.
Si vivimos situaciones en donde los antivalores se presenten tendremos el conocimiento empírico de saber cómo nos afecta el que no nos hayan respetado alguna vez, el que no nos hayan tolerado, en que no hayan sido honestos ni leales.
Por escuchar: nuestros padres y maestros son personas que se empeñan en enseñarnos esas experiencias previas, para estar entonces alertas. Escucharlos nos hace crecer y nos ayuda a identificarlos en el momento en que la realidad no los manifieste.
Practicando los valores
Los valores son cualidades de convivencia. Su práctica debe estar ligada a fines de bienestar individual y social, además, parecen un compromiso con nuestro propio ser.
Podemos emprender los caminos que los valores nos llevan, con la búsqueda del fin de la felicidad por ejemplo, y llevar la perseverancia, la tolerancia, el amor y el respeto como bandera.
Los valores se convierten en aptitudes y actitudes que condicionan nuestra existencia una vez realizadas y puestas en contacto con el entorno y con los demás.
Hagamos de los valores humanos que propician una vida mejor, formas de actuar en la vida, transformemos estos valores en cultura, en donde desde el comienzo del día hasta su final, nunca se vean puestas a un lado, y en donde sea posible la convivencia en paz.