Los humanos encontramos en la búsqueda de sobrevivir, la necesidad de relacionarnos con los demás y más aun de relacionarnos en condiciones armónicas y pacíficas. Esto por el hecho de que el conflicto ha generado una gama infinita de enfrentamientos que conllevan a pérdidas de vidas.
Los valores sirven para el identificar cosas, objetos, personas y ambiente, entorno a juicios de valor, como por ejemplo “esto es bueno” o “esto es malo”.
Son aptitudes que tomamos incluso para mejorar nuestra calidad de vida conscientes e internas, y por consiguiente, mejorar las relaciones con los otros.
Hablaremos del valor del respeto como uno de importancia transcendental de las relaciones.
¿Qué es el respeto?
El respeto se asocia al reconocimiento, a considerar las existencias de los otros como seres únicos y diferentes al mismo tiempo.
Es un proceso de aceptación, en donde lo que nos disgusta de los otros, simplemente se pasa a un lado, y en vez de entrar en un permanente conflicto, considerar las diferencias como naturales y aceptarlas.
El respeto no solo es hacia los demás, es también una práctica interna, que pone en evidencia lo que realmente queremos y creemos y que al momento del encuentro de nosotros con la realidad, aceptar lo que nos es beneficioso y rechazar lo que no.
El respeto como valor
Al momento en que convertimos respeto en una cualidad valorativa, encontramos que su importancia radica en la convivencia sana y pacífica.
Es la fuente fundamental de esta aptitud, en donde la cordialidad, la solidaridad en incluso la responsabilidad, contrastan con el deber ser. Si el deber ser debe ser la búsqueda de la paz, entonces el respeto es una de sus herramientas.
El respeto abarca todas las esferas en donde la vida se manifiesta, la esfera natural, los animales, los seres humanos, las ideas, respetar es aceptar la existencia y el desenvolvimiento de cada una de estas esferas.
Es entender su individualidad y que a pesar de que pueden incluso oponerse a la nuestra, aceptarlas y avanzar.
Integrando el valor del respeto
Entendiendo entonces que el respeto requiere de la aceptación de uno mismo y por consiguiente del otro. Puede integrarse tratando a las demás personas con la misma valoración y consideración que nos gustaría recibir nosotros mismos.
Cuando algo nos produce admiración, se protege y también entonces se está practicando el valor del respeto.
Por lo tanto, el respeto es un mecanismo para la consecución de la paz, interna, espiritual y relacionada hacia los demás.
Es un mecanismo de comprensión de las diferencias y que a pesar de las muchas que existen, entender que sin ellas no entenderíamos en que creemos y lo que somos en esta vida.
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